Lección 27, Julio 02 de 2023
- Admin
- 28 jun 2023
- 12 Min. de lectura
“La Visita de José a su Padre”
MATERIAL BÍBLICO
1. Lecturas Diarias
Domingo: Alégrense tu padre y tu madre. Proverbios 23.19-24
Lunes: Sansón comparte la miel con sus padres. Jueces 14.8-9
Martes: Davis ruega por sus padres. 1 Samuel 22.1-4
Miércoles: Salomón visita a su padre. 1 Reyes 2.1-11
Jueves: Vino Jacob a Isaac su padre. Génesis 35.27-29
Viernes: Honra a tu padre y a tu Madre. Éxodo 20.12
Sábado: Deberás ayudar a tu padre con socorro. Mateo 15.1-7
2. Lectura Devocional:
Salmo 127.1-5
PASAJE IMPRESO:
Génesis 48.1-22
1 Y sucedió después de estas cosas el haberse dicho a José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo sus dos hijos Manasés y Ephraim.
2 Y se hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y sentóse sobre la cama;
3 Y dijo a José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo,
4 Y díjome: He aquí, yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de pueblos: y daré esta tierra a tu simiente después de ti por heredad perpetua.
5 Y ahora tus dos hijos Ephraim y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos:
6 Y los que después de ellos has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades.
7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Rachêl en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Ephrata; y sepultéla allí en el camino de Ephrata, que es Bethlehem.
8 Y vió Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
9 Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Allégalos ahora a mí, y los bendeciré.
10 Y los ojos de Israel estaban tan agravados de la vejez, que no podía ver. Hízoles, pues, llegar a él, y él los besó y abrazó.
11 Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también tu simiente.
12 Entonces José los sacó de entre sus rodillas, é inclinóse á tierra.
13 Y tomólos José a ambos, Ephraim á su diestra, a la siniestra de Israel; y á Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; é hízoles llegar a él.
14 Entonces Israel extendió su diestra, y púsola sobre la cabeza de Ephraim, que era el menor, y su siniestra sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.
15 Y bendijo a José, y dijo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,
16 El Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos mozos: y mi nombre sea llamado en ellos, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac: y multipliquen en gran manera en medio de la tierra.
17 Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Ephraim, causóle esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Ephraim a la cabeza de Manasés.
18 Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza.
19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé: también él vendrá a ser un pueblo, y será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será plenitud de gentes.
20 Y bendíjolos aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Póngate Dios como a Ephraim y como a Manasés. Y puso a Ephraim delante de Manasés.
21 Y dijo Israel a José: He aquí, yo muero, mas Dios será con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.
22 Y yo te he dado a ti una parte sobre tus hermanos, la cual tomé yo de mano del Amorrheo con mi espada y con mi arco.
COMENTARIO BÍBLICO
48.1-7 Y sucedió después de estas cosas…
No rechaces los consejos de un ser amado que en su lecho de muerte da desde lo más profundo de su corazón, son muchos creyentes que tienen esta hermosa oportunidad de hablar con sus seres queridos poco antes de partir a las mansiones eternas. Sentirse cerca de la muerte no provoca más que fidelidad y confianza en el Dios vivo verdadero, y solicitando que su descendencia permanezca en el amor del Dios y sean igual de fieles hasta que el Señor también los llame, Jacob llamó a los hijos de José y les dio una bendición especial, justamente para que ellos no se sintieran de un pueblo extraño sino del pueblo de Dios, pues las riquezas de este mundo son temporales pero las riquezas espirituales en Cristo Jesús son eternas, que nosotros procuremos que nuestros hijos y nietos prefieran lo espiritual antes que lo terrenal.
48.8-20 Y vió Israel los hijos de José…
Siempre debemos reconocer que es Dios que nos bendice con hijos, son nuestros pero seguirán un propósito divino conforme a su voluntad, Jacob por su parte honra el nombre de Dios pues no solo miro de nuevo el rostro de su hijo que se le dio por muerto, sino también a sus hijos, y da a conocer a José que una de las bendiciones de Dios en Canaán fue que su simiente sería numerosa porque Jehová Dios todopoderoso lo había prometido desde Abraham, la manera de bendecir a los hijos de José fue muy peculiar pues cruzó sus brazos a propósito, y siguiendo un plan profético de Dios. “Dios está bendiciendo a su pueblo, le da más a uno que a otro, más regalos, gracia y comodidades, y más de las cosas buenas de la vida. Usualmente les da más a aquellos que menos posibilidades tienen de recibir. Él escoge las cosas débiles del mundo; levanta al pobre del polvo. La gracia observa no el orden de la naturaleza, ni tampoco Dios prefiere a aquellos que nosotros pensamos que más lo merecen, sino al placer de Él”.
48.21, 22 Y dijo Israel a José: He aquí, yo muero…
Esta es, verdaderamente la transición de promesas a José. Israel fue el último de los tres grandes patriarcas. “Si Abraham muere, ahí está Isaac; si muere Isaac, ahí está Jacob; si Jacob muere, ahí está José; si muere José, Efraín y Manasés le sobreviven. Al Señor nunca le faltará un campeón para llevar su alto estándar entre los hijos del hombre. Solo roguemos a Dios que levante más ministros fieles de día y de noche. Tenemos demasiado lenguaje fino, mucha elocuencia, y muy poco de la predicación sencilla del Evangelio; pero Dios va a seguir el ritmo de la sucesión apostólica, no te preocupes por eso. Cuando Esteban se estaba muriendo, Pablo no estaba lejos. Cuando Elías fue llevado, dejó su manto detrás de él”. (Spurgeon) “A ti te he dado una parte más que a tus hermanos: Se refiere a que José es padre de dos tribus, mientras que cada uno de sus hermanos solamente es padre de una. La cual tomé al amorreo: Al parecer, cuando aún estaba en Canaán, Jacob luchó por el control de una porción de tierra de los amorreos y traspasó el terreno a José y sus descendientes. Los descendientes de José tomarían esa tierra 400 años más tarde. Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres: Con esto se completa una obra maravillosa, en cuanto a que Jacob reconoce la presencia de Dios en su vida.”
TEXTO ÁUREO:
Génesis 48.2
Y se hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y sentóse sobre la cama.
LUCES DEL TEXTO ÁUREO
El viejo patriarca, moribundo, enseña a estos jóvenes a que unan su suerte con el pueblo de Dios. Los nombra para que cada uno sea cabeza de una tribu. Son dignos de darle honor, quienes por la gracia de Dios pasan por alto las tentaciones de la riqueza y el favor mundano, para abrazar la religión en lucha y pobreza. Jacob hará que Efraín y Manases sepan que es mejor ser de baja condición en este mundo y estar en la iglesia, que ser altos y estar fuera de ella. Ahora que Jacob hace un esfuerzo para sentarse en la cama y que ya se está muriendo, se mira a sí mismo como redimido de sus pecados y sus pesares para siempre. Cristo, el Ángel del pacto, redime de la maldad. Nos libera de la miseria y del peligro, por el poder divino, que viene a través del rescate por la sangre de Cristo, que en la Palabra de Dios usualmente se llama Redención. ¡Qué pobres son aquellos que no tienen riquezas sino las de este mundo! Qué miserable el lecho de muerte para aquellos que no tienen un buen fundamento de esperanza, pero sí terribles aprensiones de maldad.
PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN
Punto Histórico
Tiempo:
Escrito entre 1445-1405; Acontecimientos en el año 1689 a.C.
Lugar:
De composición, en el desierto del Sinaí y las llanuras de Moab. Suceso: En Egipto.
Diccionario Bíblico
Estirpe:
Conjunto formado por las personas (ascendientes y descendientes) pertenecientes a una misma familia, especialmente si es de origen noble.
El Dios Omnipotente:
Hace una referencia a uno de los atributos incomunicables de Dios, en virtud de la cual todo lo puede y como dijo el Ángel a María porque ninguna cosa es imposible para Dios (Lc.1.37).
Verdad Central.
José tomo consigo a sus dos hijos, Efraín y Manasés para que recibiesen la bendición de su moribundo abuelo. La recompensa a José por todas las atenciones que él había recibido, adoptó a sus dos hijos, en esta adopción hay una especial referencia a la promesa que Dios le había hecho. El Dios Omnipotente me bendijo (v.3). Esta bendición era la que Jacob quería vincular a los dos hijos de José “míos son” (v.5) no sólo mis nietos, también son mis hijos. Explica esto en el v. 16. "Sea perpetuado en ellos mi nombre y el nombre de mis padres". Con qué satisfacción dice Jacob ahora (v.11), no pensaba yo ver tu rostro, y he aquí que Dios me ha hecho ver también tu descendencia. Al conferirles la bendición y el nombre de Abraham e Isaac, les recomienda seguir el ejemplo de ellos (v.15) Es de notar cuántas veces ha puesto Dios al más joven por delante del mayor, favores distintivos de su pacto: Abel por encima de Caín. Sem Sobre Jafet, Abraham sobre Nachôr y Harán, Isaac sobre Ismael, Jacob sobre Esaú, Judá y José sobre Rubén, Moisés sobre Aarón, David y Salomón sus respectivos hermanos mayores (1° S.16.7).
Doctrina de la Lección.
Jacob, basado en la promesa que Dios le hizo de proveerle heredad para su descendencia (Gn.28.13; Gn.48.3-4), adoptó a Efraím y Manasés (Gn.48.5), para hacerlos partícipes de la porción de la herencia de la tierra prometida, que correspondería a José. Esta acción del patriarca ilustra la doctrina neo testamentaria de la adopción del creyente en Cristo (Jn.1.12; Ro.8.15-17; Ef.1.2), hecha por el Padre Celestial, por la cual pasan a ser herederos de Dios y coherederos de Cristo (Ro.8.17).
BOSQUEJO: “La Visita de José a su Padre”
Propósito:
Que velemos por el cuidado de nuestros padres en sus enfermedades y en la vejez para honrarlos como Dios manda.
Enseñanza Toral:
Debemos visitar a nuestros padres y velar por el bienestar de ellos, procurando que nada les falte. Especialmente cuando son avanzados en edad, necesitan de la presencia y apoyo de sus hijos, en los cuales gastaron sus fuerzas y recursos económicos, y ahora ellos deben ayudarlos.
Introducción:
Ya Jacob había dado instrucciones a José acerca de su muerte porque sentía que su final estaba acerca, aunque no estaba enfermo, ni guardaba cama. Le dijo a José que llevara sus huesos a Canaán porque creía las promesas que Dios le había hecho. Tiempo después José visitó a su padre.
I. En su Enfermedad, vv. 1-7
a) Informada a José. Después de hacer los arreglos para su sepultura, Jacob enfermo gravemente y le avisaron a José. Este inmediatamente fue a visitarlo, acompañado de sus dos hijos, Efraín y Manasés. Es nuestro deber visitar a los enfermos, especialmente a las personas con las que tenemos lazos estrechos que nos unen, como son nuestros padres (Hch.20.35). Sus hijos jamás olvidarán el ejemplo que José les dio.
b) Firme en las promesas divinas. Cuando Jacob supo que José venía a verlo, con mucho esfuerzo se acomodó sobre la cama para recibirlo. Aunque su cuerpo estaba viejo y enfermo, su alma conservaba la fe en las promesas del Dios Todopoderosos que se manifestó a él y lo bendijo durante toda su vida (Gn.28.12-15; 35.9-12). Con fe firme en las promesas de Dios le refiere a José sus experiencias, afirmando que lo dicho por Dios se ha cumplido y se cumplirá. Creamos fielmente las promesas del Señor.
c) Adopta a Manasés y Efraín. Dios le había hecho promesas a Jacob y a su descendencia, por lo cual se propone adoptar a los hijos de José como sus hijos para hacerlos participantes de bendiciones y promesas más grandes y valiosas que las que ellos tenían como príncipes de Egipto. Así Jacob dispone que haya trece tribus, contando los once hermanos de José y este por dos; pero al excluir a Leví como tribu sacerdotal, en el reparto de la tierra prometida fueron doce (Dt.18.1-2).
II. Jacob Bendice a los Hijos de José, vv. 8-20
a) Como hijos predilectos. Al adoptar Jacob a los hijos de José como suyos, naturalmente tenían derecho a la bendición de Jacob como su padre. Por ser hijos del hijo de Raquel, la mujer amada, Jacob sentía hacia ellos un amor especial. Eran los nietos que jamás pensó ver porque creía a José muerto. Hay cosas que parecen imposibles, pero Dios nos concede porque para Él todo es posible. Por eso al saber que son hijos de José, dice que se acerquen a él para bendecirlos, los abraza y los besa. Demos afecto y bendición a nuestros descendientes.
b) Con la bendición especial. Jacob hace un recuento de las bondades divinas manifestadas en su vida. Eran bendiciones del Dios de Abraham e Isaac, su abuelo y su padre; el que lo sostuvo desde el primer momento de su existencia, el que ha sido su Pastor, el que lo ha rescatado de todo mal. Jacob invoca a Dios y sus bendiciones sobre ellos y que su nombre y el de sus padres sea sobre ellos. Así fueron reconocidos como hijos de Jacob y multiplicados abundantemente. Los bendice y los llama a seguir su ejemplo y su fe en el Dios vivo y verdadero, el que envió a su Hijo Jesucristo para salvarnos.
c) Con bendición profética. Cuando los bendijo cruzó las manos poniendo la mano derecha sobre Efraín, el menor, y la izquierda sobre Manasés. José intentó corregir lo que creyó ser equivocación de su padre, pero este le dio a entender que por disposición divina el menor sería más grande que el mayor; pero ambos serían grandes en número y poder y puestos como ejemplo de bendición deseada para todos los descendientes de Jacob. Dios escoge a quienes quiere engrandecer más que a otros, como lo hizo y se cumplieron en Manasés y Efraín. Aceptemos lo que Él determina con nosotros.
III. Recibe la Promesa de una Herencia, vv. 21-22
a) Con el Favor divino. Con toda calma y seguridad basada en la ayuda de Dios y sus promesas, Jacob le dice a José que va a morir, pero Dios estará en favor de ellos. La fe triunfante en Dios y su promesa de redención, quitó de Jacob el temor a la muerte. Así debe ser también en nosotros cuando creemos en Cristo como nuestro Salvador. Dios les daría su amparo en Egipto en todo tiempo como lo había prometido (Gn.15.13-14). El Señor cumple sus promesas y no desampara a los suyos.
b) La tierra prometida. Jacob le dice a José y a sus hijos que Dios los regresará a la tierra de sus padres, Abraham, Isaac, Jacob mismo y todos sus descendientes; a los cuales el Señor les había dado la tierra de sus peregrinaciones y la consideraban como su propiedad (Gn.13.15; 15.16). Como era avanzado en años y sentía cercana su muerte, Jacob le recuerda a José la promesa de Dios de darles la tierra de Canaán. Recordemos a nuestros hijos la Palabra de Dios y sus promesas a los que creen en Cristo, un cielo y una tierra nuevos (2P.3.13).
c) Una tierra comprada. Al regresar Jacob a Canaán, en la ciudad de Sichém, compró a los hijos de Hamor un campo donde puso su tienda, (Gn.33.19). Se cree que después que se movieron de allí, los cananeos se apropiaron de ella y Jacob la recuperó con el uso de armas. Este campo lo da a José y sus descendientes de manera especial. Así, al repartir la tierra prometida este lugar fue de José (Jn.4.5). Jacob estaba seguro que esa tierra sería de ellos. Así estemos seguros de la vida eterna en la morada que el Señor nos ha prometido.
Conclusión:
Creamos firmemente las promesas que Dios nos hace en su Santa Palabra y seamos fieles al Señor en nuestra vida cristiana.
CATECISMO MAYOR
Pregunta 131
¿Cuáles son los deberes de los iguales?
Los deberes de los iguales son considerar la dignidad y merecimiento de cada uno[1] dar el debido honor al uno delante del otro,[2] y regocijarse por las cualidades y avances de los demás como si fueran propios.[3]
[1]1 P. 2. 17; [2] Ro. 12. 10; [3] Ro. 12. 15, 16; Fil. 2. 3, 4.
APLICACIÓN DE LA LECCION
ANÁLISIS SINTÉTICO | “La Visita de José a su Padre” Génesis 48.1-22
1. Al enterarse de su enfermedad
2. En compañía de sus dos hijos
3. El esfuerzo de Jacob para recibir a su hijo
4. La bendición de Jacob sobre Ephraim y Manasés
5. Jacob le asegura a José que Dios les hará volver a su tierra
Cuestionario
1. ¿Qué nos enseña la visita de José a su Padre?
2. ¿Cuáles deben ser los deseos de un padre para sus hijos?
3. ¿Qué nos recuerda y que nos enseña la forma en que Jacob bendijo a sus nietos?
4. ¿Qué le causó disgusto a José?
5. ¿Quién será con nosotros, en todo tiempo?
Enseñanzas Prácticas
1. José, nos da ejemplo de cómo los hijos debemos honrar a nuestros padres toda la vida. En Proverbios 23.22 leemos: “Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies”. Amados hermanos, debemos ser agradecidos con nuestros padres y velar por ellos en la enfermedad y vejez.
2. Los padres debemos desear y orar porque el Dios de los cielos bendiga a nuestros hijos. Por otra parte, nuestra esperanza en las promesas del Señor debe ser inquebrantable. Jacob en la parte final de su vida estaba seguro de que Dios haría volver a sus descendientes a Canaán.
ILUSTRACIÓN. Limitaciones del dinero
El dinero puede comprar: una buena cama, pero no el sueño; libros, pero no inteligencia; comida, pero no apetito; cosméticos, pero no belleza; medicina, pero no salud; lujo, pero no cultura; diversión, pero no felicidad; un hermoso crucifijo, pero no un Salvador; un templo, pero no el cielo. Como vimos en esta lección, Jacob se preocupó primero en la vida espiritual de sus nietos y la de su hijo José. Por otra parte, José es de gran ejemplo en preocuparse por su padre y visitarlo en tiempos de enfermedad. Amado hermano: nuestro Salvador nos dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6.33).

