Lección 45 Noviembre 05 de 2023
- Admin
- 31 oct 2023
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PARA JÓVENES E INTERMEDIOS: “La Primera Plaga”
Propósito:
Exhortar a los jóvenes para que conozcan más de Dios, para no ser engañados como Faraón que creía que solo los dioses de los egipcios eran poderosos.
Introducción:
En esta lección daremos inicio con la primera plaga de las diez que se mencionan en la Palabra de Dios. Al estudiar la primera plaga hallamos que hay enseñanzas muy importantes para los jóvenes de este tiempo moderno.
I. Por la Dureza del Corazón de Faraón, vv. 14-18
a) El encuentro de Moisés y Faraón. Dios le dice a Moisés que Faraón no está dispuesto a dejar ir al pueblo. Por lo que Moisés tenía que tener un encuentro con Faraón y que dicho encuentro sería en la orilla del río Nilo. Cuando el corazón de los jóvenes está endurecido por el pecado, no está dispuesto hacer la voluntad de Dios, así como Faraón.
b) El mensaje de Jehová para Faraón. Al presentarse Moisés ante Faraón era para decirle que, como el enviado de Jehová, el Dios de los Hebreos. Le pedía que dejara ir al pueblo para que se fueran al desierto a servir a Dios. Y también le dice, porque hasta ahora no has querido dejar ir; y hasta aquí se dejar que Moisés se los pide de una manera amable.
c) El anuncio de la primera plaga. Moisés le anunció a Faraón que, si no dejaba ir al pueblo, entonces conocería quién es Jehová. Con esta vara que tengo en las manos dice Moisés, voy a golpear el agua del río y se convertirá en sangre, y los peces que están en el río morirán y por el olor tan desagradable los egipcios ya no beberían el agua.
II. Las Aguas Convertidas en Sangre, vv. 19-21
a) Por mandato de Jehová. Estando Moisés y Aarón a la orilla del río Nilo, y por mandato de Jehová; Moisés le dice a Aarón toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto que están en los ríos, arroyos, estanques y sobre todo depósitos de aguas para que se conviertan en sangre, y haya sangre en todo Egipto para que el agua no se pudiera beber.
b) Moisés y Aarón obedecieron a Dios. Lo que Moisés y Aarón hacían no era porque ellos así lo querían sino porque era un mandato de Divino. Y levantando Aarón la vara que tenía en sus manos hirió las aguas del río en presencia de Faraón y de sus siervos. Y todas las aguas se convirtieron en sangre y no había lugar en Egipto para encontrar agua potable.
c) La consecuencia de la primera plaga. Al convertirse el agua en sangre ya no era apta para los seres vivientes acuáticos. Así que los peses comenzaron a morir y el agua se comenzó corromper y no era posible beber de esa agua. El olor era tan desagradable que para los egipcios era insoportable, todo esto como resultado de la dureza del corazón de Faraón.
III. Fue Imitada por los Encantadores, vv. 22-25
a) Solo se cumplía la voluntad de Dios. La Palabra de Dios nos dice que los encantadores también hicieron lo mismo o trataron de hacer lo mismo, como para mostrar que ellos también tenían poder. Y a pesar de que Faraón veía el agua convertida en sangre, no le dio importancia; así que no escuchó más a los embajadores de Dios y se fue a su casa.
b) Los egipcios buscaron agua. Al ver los egipcios que el agua de los ríos, de los arroyos o manantiales que no se podían beber. Lo que hicieron fue hacer pozos, que posiblemente tras muchos esfuerzos encontraron un poco de agua. Y con ellos nos hace pensar que, en medio de la ira de Dios, muestra su bondad y misericordia para con el pueblo.
c) No pudieron contra el poder de Dios. Los encantadores no pudieron contra el poder de Dios, ellos sólo tomaron una pequeña porción de agua e hicieron algo semejante que Moisés, pero no pudieron convertir la sangre en agua, como al final de la plaga lo hizo Dios a través de Moisés y Aarón. El agua convertida en sangre duro siete días, y durante este tiempo Faraón estaba tan lleno de orgullo que no pidió a Moisés que intercediera por él y por su pueblo.
Conclusión:
En esta lección aprendemos que hay una lucha entre el bien y el mal, es decir entre Dios y el diablo. Y también aprendemos que Dios humilla a los que son orgullosos como Faraón, así que a ningún joven le conviene endurecer su corazón cuando Dios le habla.


